jueves, 29 de noviembre de 2007

Docentes y Alumnos Reflexivos por Guadalupe Yolanda Vera Arana

Los alumnos del grupo 3°"B", la semana pasada tuvieron a bien hacer un análisis de la Práctica en la Escuela Primaria, a partir de los siguientes aspectos: Problemas, Causas, Repercusiones y Retos, los cuales fueron tratados por diferentes equipos, aquí sólo se presentarán los resultados de uno de ellos:
1. Entre los problemas citados, se encuentran:
A) Planeación Inadecuada. B) Organización del grupo. C) Manejo de grupo. D) Dominio de contenidos. E) Uso del tiempo.
2. Probables causas de cada aspecto: a) Muchas actividades, falta de conocimiento de las características de los alumnos. b) Mayor confianza, desorden, espacio, tiempo y disposición de los alumnos. c) Mayor confianza, influencia de la titular. d) Preparación insuficiente. e) Contenidos amplios, muchas actividades y situaciones imprevistas.

3.Dentro de las repercusiones tratadas en cada problema se encuentran:
a) Clases largas, tedio o clases inconclusas. b) Organización monótona y no socialización. c) Ambiente inadecuado, distracción, inestabilidad. d) Incomprensión de contenidos. e) No logro de los propósitos.

4.Por último, los retos serán en cada apartado:

a) Planear actividades concretas y observar detalladamente. b) Buscar mejores estrategias y atender a las características de los alumnos. c) Comunicación con la maestra titular y los niños. d) Estudiar estrategias adecuadas y ampliar fuentes de información. e) Precisar tiempos y priorizar actividades.

Haré algunas preguntas sobre lo anterior, con el fin de que participes en este análisis breve, pero emanado de una socialización colectiva:

1. ¿Crees que todo lo señalado te ha sucedido durante alguna práctica? y ¿por qué?
2. ¿Crees que sólo algo de lo anterior te ha pasado? y ¿por qué?
3. ¿Crees que nada de lo anterior has enfrentado? y ¿por qué?

La escritura, todo un reto para cualquier persona. Por María del Pilar Dávila Casco

Empezar a escribir resulta un verdadero reto para cualquiera de nosotros, sin embargo nunca es tarde para comenzar; a pesar de todos los obstáculos lo importante es querer comunicar algo a alguien.
En el libro de Daniel Cassany "Construir la escritura" encontré algunas frases que deseo compartir con ustedes y que le dará fundamento a lo que anteriormente escribí por que la verdad aun me falta mucho para aprender para considerarme una buena escritora pues al enfrentarme a una hoja en blanco, aparecen mis miedos para llenarla correctamente.
"Antes de llegar (...) escribía peor pero pensaba que lo hacía mejor; ahora escribo mejor...¡pero pienso que lo hago peor!", nos dice Noemí Rodríguez (1994).
Para Núria Artigas (1994) con relación a la escritura comenta: "Creo que, es cierto que en la escuela nos han enseñado a leer y articular palabras, pero no a escribir. Y eso provoca que la gente tenga un complejo de inferioridad cuando ve una página en blanco".

Planteado de esta forma, y después de compartir con ustedes estas frases, entonces, ¿cómo empezar a escribir? El autor de este libro recomienda que lo primero es leer, y después de que se realice una interacción entre los conocimientos previos del lector y lo enunciado en el texto, entonces, solo entonces, se podrá dar ese proceso de composición que permitirá perder el miedo a la hoja en blanco que se nos presenta . . . y escribir.
La pregunta que me salta inmediatamente es:¿ realmente la escuela esta preparándonos para perder esos miedos? Pienso que no,pues desgraciadamente en nuestro país hay muy pocos lectores, por lo que este proceso de composición todavía no forma parte cotidiana de nuestra sociedad.
¡Ha ! pero ustedes en este momento se preguntarán que tiene que ver la lectura con la escritura; pues verán, tiene que ver mucho, porque si no leemos, no conocemos, no nos recreamos ni nos divertimos, no interactuamos, ni ampliamos nuestros conocimientos y finalmente no podremos escribir.
Me gustaría conocer sus comentarios con respecto de este pequeño artículo pues somos nosotros, como docentes, los que debemos empezar a escribir para orientar mejor la creatividad de los alumnos.
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miércoles, 21 de noviembre de 2007

El valor de la observación para la práctica docente. Por Fernando Hernández López

El renovado enfoque de la práctica docente tiene un referente explícito sobre la realidad del contexto y las necesidades derivadas del desarrollo integral de los escolares, condiciones que exigen, desde el marco curricular de los planes de estudio vigentes para la formación de los nuevos educadores, el análisis previo del aula y de la conducta de los alumnos durante la clase. Para cumplir este requisito se recurre a la observación, primera herramienta formal de estudio para conocer el escenario y sus actores (sin querer decir que ello es novedoso), y recurso indispensable para diseñar la planeación de actividades más adecuada a las características del grupo. En este sentido, la observación se convierte es una fase previa, insustituible, del ejercicio docente, pues de ella derivarán las propiedades y sentido de todas las acciones propositivas y formativas a a realizar a favor de los escolares, mismas que tendrán congruencia con el respaldo teórico de las acciones de enseñanza (por parte del maestro) y los efectos del aprendizaje (en la reacción del alunmno).
Si es la observación una herramienta de valor, debemos conocerla y manejarla con propiedad absoluta. ¿Estás de acuerdo?
Pues bien, con la finalidad de orientar su uso y aprovechamiento, el siguiente planetamiento, realimentará tu estrategia en este campo cuando asistas a una jornada de observación, joven estudiante. Analiza estas preguntas.
1. ¿Qué tipo de observación debemos utilizar en un salón de clases?
2. ¿Qué datos debemos anotar al observar el aula y a un grupo escolar?
3. ¿Qué significan las condiciones físicas del entorno y cómo influyen sobre el grupo?
4. ¿Cómo se explica la heterogeneidad de las conductas del grupo?
5. ¿Cuántas formas de participación pueden existir en un grupo?
6. ¿Cuáles son las manifestaciones más comunes de aprendizaje de los niños?
7. ¿Qué problemas revelan los alumnos durante el desarrollo de la clase?
7. ¿Cómo se detectan las dificultades de enseñanza por parte del maestro?
8. ¿Son las estrategias las que determinan la dinámica de la clase?
9. ¿Qué parámetros se utilizan para detectar a un niño (s) con problemas de aprendizaje?
10. ¿Cómo se resuelven estos problemas?
No son las únicas, tú puedes agregar otras; esto depende de tu sagaz visión y habilidad analítica, si deseas conocer más allá de lo que ves y preparar tu mejor plan de trabajo.

domingo, 18 de noviembre de 2007

¿Qué aspectos deben valorarse de la práctica docente? Por Fernando Hernández López

La función primordial del maestro es enseñar con sentido metodológico y argumentación definda, independientemente de la corriente filosófica que se pregone y de la teoría pedagógica que la sostenga. El verbo implica un conjunto de acciones, donde los saberes y formas de enseñanza están en juego permanente sobre un escenario lleno de vicisitudes y polimorfismo extremo, situación que complica la tarea y la induce a generar adecuaciones constantes. Ya no basta el marco pedagógico (historia y teorías) y el conocimiento del ser humano (en su composición corpórea y psicosocial) como elementos sustentables para ejercer la docencia; ahora es imprescindible conocer la influencia de los factores del medio externo para analizar las condiciones del desarrollo y habilidades del niño, para orientar la respuesta de éste ante el discurso de las palabras del maestro (entendiendo el discurso como todas las formas de expresión o interlocución empleadas por el docente). Sí, es el contexto un factor determinante en la planaeación y ejecución de la labor docente, en cualquier sitio geográfico y grupo escolar de nuestro tiempo.
Con este marco de referencia, el estudiante normalista ahora prepara su planeación con base a un previo análisis del entorno y elementos socioculturales que rodean al niño, para así orientar sus actividades y definir sus propósitos en las diferentes asignaturas a tratar en su sesión de clase. El asunto no termina ahí; es necesario realizar un diagnóstico de desarrollo integral del niño, en concordancia con una teoría que ayude a determinar el poder cognitivo que presenta, la fase evolutiva de su pensamiento y el nivel de integración social que ha logrado. Si sus parámetros de desarrollo empatan con su edad cronológica, la planeación funcionará.
Ante el escenario de la realidad palpable, y los resultados ampliamente conocidos sobre el aprovechamiento escolar de nuestros niños mexicanos, estimado maestro: ¿qué aspectos deben valorarse de la práctica docente, para que ésta de mejores frutos?
Con el afán de orientar su quehacer docente y fortalecer su función, se propone que el maestro:
1. Analice la funcionalidad de su planeación.
2. Reflexione el sentido de las actividades ha realizar con los propósitos deseados.
3. Valorare las estrategias con relación al aprendizaje de sus alunnos.
4. Metaevalue las formas de evaluación utilizadas en las diferentes asignaturas.
5. Reconozca sus debilidades para superar los problemas que de ello deriva.
6. Se comprometa a sí mismo para mejorar su labor y su fucnión docente.
No es nada nuevo, los aspectos corresponden a una autoevaluación del trabajo que realiza un maestro cotidianamente; lo importante radica en llevarlo a cabo y cumplir con los retos que de ahí deriven.
¿Estás dispuesto a realizarlo, estimado maestro? Hazlo . . . ya verás los beneficios.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Analiza y reflexiona, ¿qué es más importante? Por Fernando Hernández López

Desde el marco de la formación docente, los programas que integran el plan de estudios de la licenciatura en educación primaria, contemplan dos grandes áreas curriculares diseñadas para asegurar el dominio de los contenidos por un lado, y favorecer el desarrollo progresivo de la competencia didáctica por el otro. Uno para garantizar el poder cognitivo del nuevo educador, el otro para guiar con seguridad metodológica, el proceso de la enseñanza. Entre los dos existe una postura protagónica que bien pudiera contrarrestar la validéz del otro, situación que nos obliga al análisis de su valor para determinar qué es más importante: saber o saber hacer.
El saber intelectual es una condición sine qua non para aproximarse a la verdad; sin este saber no se puede esneñar lo que no se sabe. Porque antes que nada debe tenerse con cereteza, el conocimiento universal de las cosas.
El saber hacer relaciona el sentido de los hechos con los propósitos preestablecidos; es la acción procesada con el diseño consciente y dirigido de la enseñanza, signo particular del verdadero maestro, donde sus habilidades motivan positivamente la interacción del alumno para que éste intevenga en la construcción del conocimiento.
Sin restar el valor sustancial que guarda cada uno, los dos elementos son importantes - además de necesarios para la práctica docente-, pero cuál lo es más en el marco de la formación docente del educador de nuestro tiempo.
Joven estudiante, analiza lo que has aprendido hasta hoy como producto de tu estancia en la escuela normal y responde: ¿qué es más importante?
Coméntalo con tus compañeros sin el afan de discutir, sino para ampliar la trascendencia de sus dimensiones.

martes, 13 de noviembre de 2007

Autoevaluación de la práctica docente. Por Fernando Hernández López

Al término de las jornadas de práctica docente, los estudiantes normalistas elaboran un informe sobre el desarrollo de su trabajo escolar realizado en una escuela primaria, como parte de un proceso de evaluación personal bajo el marco de las satisfacciones por los procesos logrados, pero también con el compromiso de mejorar su trabajo por las deficiencias sentidas.
El documento tiene por finalidad establecer un análisis y reflexión sobre las acciones planeadas para la enseñanza de los contenidos seleccionados (en acuerdo con los programas de educación primaria) y el resultado de su trabajo docente, empatados con los logros establecidos de sus propósitos y el valor sustancial del aprendizaje apreciado entre los escolares. El proceso no es fácil de realizar, porque se debarán concretar parámetros sustantivos que determinen, en su resultado final, aspectos cualitivos y otros cuantitivos que nos demuestren el sentido de esta evaluación. Ante esta disyuntiva, los estudiantes normalistas manifiestan, como una primera advertencia y reconocimiento honesto (producto de su realidad e inexperiencia) una serie de problemas y dificultades que limitan el desarrollo de su trabajo docente, principalmente el que realizan frente a grupo.
Los aspectos que predominen en la mayoría de los estudiantes, y que representan un impacto sobresaliente porque rebasan la tercera parte del análisis de los informes, son:
- Deficiente dominio de los contenidos, principalmente en matemáticas, español y conocimiento del medio.
- Falta de estrategias para la enseñanza de diferentes tópicos, principalmente para la historia, matemáticas y ciencias naturales.
- Manejo deficiente de los materiales didácticos en matemáticas, español y geografía.
- Sentido de la creatividad muy pobre para el manejo de la educación artística.
- Falta de un adecuado manejo de grupo en todas las asignaturas, motivo que traduce indisciplina constante en todos los grados.
- Sustentación deficiente en la conducción de la clase de educación fìsica, ejercitando acciones mecánicas sin conocimiento previo.
De ellas es importante separar las que corresponden a la formación docente desde el ámbito académico del plan de estudios, y por ende, de los profesores encargados de las diferentes asignaturas (y su enseñanza) y así como de los titulares de los procesos metodológicos de la observación y práctica docente, para después agrupar los aspectos cuyo desarrollo y mejoramiento dependen, en específico, de cada estudiante, como lo es el dominio de los contenidos, por ejemplo.
Bajo este primer panorama, responde a las siguientes preguntas:
- ¿Dónde se encuentra el origen de estos problemas?
- ¿Cómo deben atenderse para propiciar una mejor preparación entre los estudiantes normalistas?
- ¿Qué debe atenderse primero: el saber o el saber hacer?
- ¿Cuál es la responsabilidad académica del profesor de asignatura y cuál la del estudiante, sobre un plan de trabajo para resolver estos problemas?
Estimado maestro, quierido practicante: reflexiona y contesta con la mejor intención participativa, porque ambos somos, desde diferentes funciones, parte de la misma estructura.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Aula y práctica docente: escenario y acción del maestro. Por Fernando Hernández López

El significado auténtico de la educación radica en la práctica docente que realiza el maestro en un espacio y tiempo determinados en compañía inseparable de su alumno. Platón fue un ejemplo claro de esta relación; lo mismo podemos decir de Pestalozzi, de Paulo Freire, de Rafael Ramírez y Carlos A. Carrillo, sin querer dejar a tus maestros en el cajón del olvido.
Desde luego, este acuerdo tiene un marco teórico de referencia (con el sentido filosófico de su momento histórico) y una norma política de ordenamiento (que define al propósito como sistema). El producto final de este binomio recae sobre la formación humana de los educandos, y en ello radica el valor filosófico de las acciones y el efecto prospectivo de las generaciones sociales. La realidad de este hecho radica en el aula, y la forma palpable, en la práctica docente que ejecuta cotidianamente el maestro. De ellos dos hablaré someramente en las siguientes líneas, sin querer decir que es lo único y concluyente en su concepción y territorio.
El aula es un espacio de encuentro, dice López Calva, donde se dan cita las libertades y se potencializan los horizontes, situación que favorece la autoconstrucción personal del educando y la construcción compartida del grupo humano. Es al mismo tiempo, un espacio de descubrimientos donde la experiencia, la inteligencia, la reflexión y deliberación promueven oportunamente el contexto formativo de todas las capacidades y habilidades del ser humano sobre el marco del diálogo e interpretación del mundo y de la vida. El aula es el lugar donde el maestro ejerce con propiedad (entendiendo el término como liderazgo intelectual y dominio cultural) su práctica docente y cumple, con cabal responsabilidad, su función profesional.
¿Estas de acuerdo, estimado maestro, o tienes otra dimensión de este primer aspecto?
La práctica docente es la acción misma de la función del maestro, donde se ponen en juego sus habilidades en combinación con sus capacidades preparatorias (pedagógicas, epistemológicas, didácticas, etc.) para conllevarlas al proceso de enseñanza y aglutinarlas en la conciencia y cuerpo del educando bajo el resguardo potencial del aprendizaje. Su valor encierra, por su naturaleza humana y relación social, la forma más digna del encuentro histórico del hombre, y el deseo más profundo por encontrar la identidad personal, porque descubre y desarrolla las capacidades innatas del espíritu humano y lo supera para adaptarlo al mundo y enfrentar sus vicisitudes, bajo la hegemónica virtud de su inteligencia.
Esta tarea no es fácil; requiere de quien la ejerce, una preparación plural en cuanto al universo cultural que existe, una noción muy clara de la función educadora, un conocimiento profundo de la capacidad y la conducta humanas, y un marco sustentable y seguro del proceso de enseñanza.
Bajo estas condiciones, estimado maestro:
- ¿El contexto de tu propia concepción abarca estos requisitos?
- Los mencionados en este breve texto ¿cumplen con las demandas y necesidades de los niños y adolescentes de nuestro tiempo?
- ¿O son suficientes para continuar la labor educativa en medio del desarrollo globalizante del nuevo milenio?
Reflexiona y responde, porque eres parte importante y dinamizadora de los procesos transformadores de la práctica docente, de tu propio ejercicio, de tu propia función, de tu propia conciencia y reveladora historia de la educación.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Dimensiones de la práctica docente. Por Fernando Hernández López

Bajo el concepto de la nueva visión pedagógica, la práctica docente tiene ahora un principio más cercano a la realidad y un sentido clarificado plenamente con el desarrollo y necesidades del educando. Son el contexto y las características del niño o adolescente (geografía y biología circundantes y dinámicas), los que sustentan la organización de los saberes culturales a operativizar por el maestro durante su clase, para que ésta sea objetiva e intencional en direccción consciente con los propósitivos planeados, de tal forma que la práctica docente se traduzca en una verdadera praxis social con las percepciones y significados que ella implica, con el espacio apropiado - para que el maestro y alumno interactúen dialógicamente - y la dinámica adecuada - para generar los procesos constructivos afines a las esferas del conocimiento, las habilidades y la actitudes deseables para el ser humano -, mirando cara a cara, las condiciones retadoras de la vida y el proceso cambiante del entorno. El trabajo docente, por tanto, no puede someterse a un esquema universal de lineamientos fijos e inamovibles; y por lo mismo, tiene que ser flexible y razonado a partir de su natruraleza humana y evolutiva transformación de las sociedades.
Para entender mejor la práctica docente del maestro, será necesario reflexionar sobre los campos que invade su acción y la trascendencia que tiene al realizarla.
En acuerdo con Cecilia Fierro, Bertha Fortoul y Lesvia Rosas, el análisis crítico que abarca estas relaciones, que en su conjunto por demás son complejas, corresponde a cinco campos fundamentales:
1. Dimensión personal: donde el elemento humano per se está presente, y por lo tanto, hace del maestro un ser histórico, capaz de analizar su presente y construir su futuro, a la par de su trabajo cotidiano dentro del aula y en colaboración con la ciencia para socializarla a favor de los proyectos civilizadores.
Estimado maestro: ¿tu trabajo ha incidido en este aspecto?
2. Dimensión institucional: porque se trata de un trabajo organizado para un fin determinado, cuyas características reguladas por un principio hacen de la tarea del maestro una sistemación de acciones colectivas en el esecenario de un lugar socialmente aprobado: la escuela, la institución escolar por excelencia, donde el compromiso cultural del maestro se convierte en normas de comportamiento y de comunicación social como formas de convivencia amalgamadas.
Querido maestro: ¿tu tarea tiene este sentido?
3. Dimensión interpersonal: considerando que el maestro establece comunicación y acuerdos de trabajo, no sólo con sus alumnos, sino con los demás colegas, con los directivos, con los padres y madres de familia. Es el conjunto social de la escuela que crea un clima especial de trabajo, donde el maestro representa al lider intelectual por su función organizadora y calidad cultural, sin importar ideologías o creencias religiosas. De su habilidad depende que este clima se fortalezca y propicie buenos frutos en cada cocecha - en cada programa social y cultural de la escuela -.
Maestro estimado: ¿qué haces para propiciar este clima?
4. Dimensión social: por el insumo cultural que tiene el manejo de los contenidos que imparte el maestro. La práctica docente no se reduce a un entorno de saberes, cuyo juego sólo se da entre el maestro y sus alumnos; tiene en su haber, un conjunto de factores de índole histórica, política, geográfica y económica, cuya madeja visualiza las posibilidades de intervención y de progreso para el desarrollo de la sociedad, y de manera particular, desarrolla la igualdad de oportunidades como forma de equidad entre la población escolar que atiende.
Estimado maestro: ¿sobre tu práctica docente, tienes en cuenta este aspecto?
5. Dimensión didáctica: inherente a los estilos organizados para realizar los procesos de enseñanza. Herramienta más valiosa e indispensable para que el maestro opere el conocimiento y lo adose al contexto edificante de su alumno, con el juicio asesorado de la mejor guía para la formación humana de éste. En su verdadero juego, las habilidades y competencias del maestro tienen un papel protagónico para poder hablar de logros.
Estimado maestro: ¿tu qué opinas? ¿será necesaria la elaboración de estrategias para enseñar un tema, o basta con la experiencia acumulada entre vaivenes y éxitos al trabajar con los niños?
Es importante, al repasar tus respuestas, hacer una reflexión de las formas como has realizado tu prática docente, porque ella representa el valor sustancial de tu trabajo y el sentido profesional de tus acciones.