sábado, 27 de octubre de 2007

La figura histórica: ¿retórica del pasado o ejemplar conciencia educadora? Por Fernando Hernández López

El presente es un año para resaltar la figura de Vasconcelos por el dedicado amor que tuvo para la patria y la firmeza de sus principios de libertad depositados en su servicio. Sobre el campo de la educación, sostuvo siempre que ésta era el principal instrumento libertador del pueblo, que a letra dijo: "la educación libera de la ignorancia a un país", posición que defendió con intelectualidad constatnte en todos los ámbitos de su ejercicio profesional.
Oaxaqueña de origen, José Vasconcelos hizo realidad sus sueños literarios con pasión inmensa desde el propio ángulo de su personal ideología, apropiándose del erario cultural del mexicano y el carácter sociohistórico de todos los latinoamericanos, en un afán de recuperar la identidad nacional y redefinir una filosofía que sostuviera el proyecto educativo de nuestro pueblo.
Polìtico, historiador y filósofo, tres habilidades que supo combinar a favor de sus propósitos y con hostetidad completa.
La teoría pedagógica de Vasconcelos está enmarcada por un proyecto de hombre y de sociedad, y sobre su práctica se siente una filosofía, un concepto de vida y anhelo de esperanza, donde pone en juego el espírito esteta y sentimental de su raza iberoamercana, hecho de luz, de luz, de sol y de colores, de misterio y de abismo, de honda emoción y de audaz aventura, creando un sistema enmarcado bajo el aroma de un poema combinado. Para él, la raza cósmica es la resultante de una superación de estirpes, hecha con tesoros de todas las razas anteriores, visión coneptual que le dió origen al lema que enalteciera a la máxima casa de estudios de la nación: "Por mi raza hablará el espíritu".
El anhelo supremo de Vasconcelos siempre estuvo ligado al deseo inminente por reconquistar la tradición cultural de la debemos sentirnos orgullosos, principio abundante que debe permanecer en la práctca social y cultural de todos nuestras acciones.
Esta es tan sola una parte pequeña de su prolìfera vida; en otro momento contaré otro fructífero producto de este gran personaje, donde lo importante radica en su efecto social y beneficio para la cultural.
Que su obra no quede en el baúl de los recuerdos como un pasado histórico sin resultados; que sus ideas, principios y propuestas, pasen a ser un pilar sustentable para los proyectos educativos de nuestro retador tiempo, sobretodo para la renovada visión intercultural de los programas y las formas de intervención social en los diversos proyectos de desarrollo integral.
¿Estás de acuerdo? ¿O estas historias solo deben ser un recuerdo del pasado?
Para tí noble maestro: si tienes otro concepto, es importante que lo externes para reestructurar los esquemas prospectivos del sistema y contenido de nuestra educación. Participa como actor, no como receptor, porque eres también parte de la historia y protagonista enzimático de la cultura.

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